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A los 16 años adquirí mi primera cámara, era un tiempo en que los grandes fotógrafos llenaban las publicaciones que llegaban a la biblioteca del colegio, NG, LIFE, etc. con imágenes sorprendentes que solo hablaban de emociones y aventura, gran estímulo para una mente soñadora. De aquel tiempo se han sucedido muchos acontecimientos en la vida, familia, estudios de diseño gráfico y el desarrollo otros oficios que definieron el camino. 

 

       La fotografía en este conjunto mayor ocupo su lugar transformándose, no solo en un medio de expresión, sino también, en uno de indagación, un pretexto para hurgar en la naturaleza humana, una llave de entrada, un motivo que me condujo a la cordillera, a la población, al altiplano a la calle…

 

       Donde voy llevo una cámara, es una herramienta infalible para mirar dentro de las personas, para abrir espacios y para recordar cuanto se vive. 

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